BENIDORM

Nunca he pisado Benidorm. Simboliza todo aquello de lo que escapo en relación a pasar unos días de asueto, donde sea. Pero tanto hablar de esta ciudad, tanta gente feliz, tanta locura y tanto "es que no lo conoces" que, de camino hacia otro sitio nos dijimos, "venga, a dar una vueltilla por Benidorm". Tengo ese bonito recuerdo de la peli de Bardem "El Puente" donde Alfredo Landa se lanza con la moto en búsqueda de un fin de semana en este lugar. Buscando un poquito de ello paramos en la ciudad costera, pobres de nosotros.

Nunca volveré a pisar Benidorm. Ahora ya no simboliza, representa, todo lo que no me gusta de un lugar de recreo, esparcimiento y disfrute. No es inspirador, no es diferente, no es atractivo. Un conjunto, en mi opinión, infame y distorsionado de edifcios de pésima calidad, que bien recuerdan a una ciudad china de medio pelo. Una playa atestada, inabordable e innegociable. Un "caso antiguo" que es, simplemente, una parodia de la peor España. Jubilados en vehículos de despazamiento individual a toda pastilla por las aceras, comercios de triste apariencia, bares sin pizca de estilo, comida fast food guerrillera de quinta, rótulos lamentables, cartelería inhumana, gente, calor y moscas.

Nada tengo contra los habitantes  ni regidores de esta localidad, solo traslado mi estupefacción ante lo vivido y experimentado, no acabo de entender esta forma de vida, de diversión y de respeto al entorno, pero eso no quiere decir, obviamente, que mi opinión sea la correcta, que cada cual veranee donde desee.

Lo que hemos hecho los españoles con algunos de los lugares más interesantes de nuestro litoral es de juzgado de guardia. Si aquellos pescadores de hace cien años vieran en lo que se ha convertido aquel pueblecito cogerían su vieja barca y partirían mar adentro hasta arribar a la isla africana más cercana.

Alfredo Landa, en 2023, seguramente tiraría al norte de España, o a cualquier otro sitio.




LA VITRINA PORTAAVIONES

Todo lucía bien en esta vitrina pero al final decidí venderla porque no cabe en habitaciones de coleccionistas. La verdad que para que una colección luzca lo mejor es una buena vitrina y espacio generoso, vamos, de lo que carecemos casi todos.



BIG JOSH BOXED

Lo tuve en la mano en 2007 y ya me pedían 450 euros, je. Allí se quedó.