HAKEN, VISIONS, MAESTROS Y OBRA MAESTRA DEL ROCK CONTEMPORÁNEO

Tocar así en directo y componer una obra maestra de esta enjundia está al alcance de un pequeño ramillete de músicos de los últimos 60 años. 

GLADSTONE HOTEL (1889) GEORGE MARTELL MILLER

Cierro el periplo Toronto con broche de oro, The Gladstone Hotel. Un edificio que merece investigación y que es un claro síntoma de lo que está ocurriendo en la fascinante ciudad canadiense. Existe un más que interesante documental sobre lo que ha ocurrido en los últimos tiempos con esta joya arquitectónica ubicada en una de las, quizás, calles más apasionantes e inspiradoras de la urbe, llena de contrastes, donde lo patrimonial e histórico está en un pulso contínuo con la imparable especulación inmobiliaria (nunca vi tanta grúa en mi vida).

Hasta siempre Toronto, si alguna vez vuelvo estoy convencido que me encontraré otra ciudad. La que ahora despido es impresionante, la que venga no lo será menos.



BONITO Y DECORATIVO CAFÉ FALSO

Fascinante idea de la gente de Nespresso. Una piezas de plástico que simulan café espumoso y apetecible y que colocan en sus tazas transparentes para así, hacerlas más atractivas de cara a la venta y al ojo del visitante. Me quito el capuchino. Imaginen la cara de los empleados cuando empecé a sacar las piezas fuera de las tazas y a hacer fotos. El hielo, por cierto, también es falso.






RELATOS SALVAJES V1 31. EL HOMBRE INVISIBLE. (1974) EDICIONES VÉRTICE

Hay tebeos que lo tienen, en mi opinión, todo. Y merecen un post específico y un completo análisis como es el caso que nos ocupa.

Creo, y que me corrija algún experto si me equivoco,  que este Hombre Invisible es el único cómic de Vértice dedicado al magnífico personaje de Wells. La portada, soberbia, es del maestro López Espí, impresionante, sólo por ella merece compra y cuidado depósito.

Dentro, un carnaval de historias, personajes y eclecticismo. La historia del Hombre Invisible preside la edición, con un interesante trabajo de poderoso blanco y negro de Goulart, Mayerik y Adkins. Nada como un tebeo a una tinta para ver el auténtico tono del artista, aquí es donde se muestra el talento de verdad, sin engaños ni jarandazas. Posteriormente una merienda sangrienta con el Hombre Lobo de manos de Conway y Bloch, con un trabajo de claroscuro y tramas excelente. Más allá, con el café, una diabólica historia de Roy Thomas y Gil Kane, tela marinera, como copa dos historias guionizadas sobre textos de H.P.Lovecraft. Para el puro reservamos una magnífica historia de Los Vengadores de Lee, Heck y Ayers, con el malvado Kang, cerramos con una pequeña historia del viejo terror Marvel de la mano de Maneely, un poco de Tunet Vila y contra de promoción de Mego..... oigan, no me digan que ahora se hacen cosas así porque no me lo podría creer.

Este tipo de tebeos, en mi opinión, si caen en tus manos con 8 o 9 años, te vuelan la cabeza. A mi me la vuelan a mi edad todavía y ya ando más que talludito. Relatos Salvajes nunca defrauda, de principio a fin.

Somos privilegiados de haber podido crecer y convivir con estas piezas que, en nuestra ancianidad, se verán como viejas novelas de aventuras.






LA VIEJA PEUGEOT

Delicatessen gentileza de un muy querido amigo.





EL DELICADO Y MARAVILLOSO TRABAJO DE ALEX GROSS

Aunque él mantenga día y noche que el surrealismo pop es una basura, Alex Gross es uno de sus representantes más avanzados. Este tipo de 1968 mezcla cosas maravillosas,  cultura pop, por descontado, el Renacimiento, su periplo japonés, muchas de las cosas que me gustan y el talento.

Este pequeño librito me voló la cabeza. Coger fotografías de finales del XIX como base gráfica para, posteriormente, aplicarles un canvas de personajes tan queridos, me fascina. Estas cosas nunca se le ocurren a uno. Es justo la tendencia opuesta a lo que hace el mercado, volver al color, humanizar a los personajes y poner una dulce, fría, lejana y amable cara de hace más de cien años. Simplificar las vestimentas haciéndolas dignas de Alicia en el País de las Maravillas o del cuento de hadas que usted elija. Contra el monocromo, la dureza y la uniformidad fría y descarnada del Disney actual nace este californiano a mostrarnos que las cosas pueden seguir enamorándonos y haciéndonos felices.

Es la primera edición norteamericana de 2012, deliciosas 115 páginas.