Dentro del mismo museo de historia americana hay una sección dirigida al entretenimiento donde puedes encontrar piezas tan maravillosas como una rana Kermitt original o los zapatos que lució Judy Garland en el Mago de Oz. Otros museios interesantísimos son el del Aire y el Espacio (portentoso) o el Ciencias naturales donde encuentras una colección de animales que yo, sinceramente, creo que es inmejorable, tanto en calidad como en disposición y explicación, son unos artistas de la museística.
Ma-ra-vi-llo-so. Me podría pasar días en esas salas. Como usted comprenderá por mis aficiones bélicas (con su punto freaky, no lo voy a negar), este tipo de museos históricos me producen una honda satisfacción al visitarlos. No tanto a la Señora Convocarlengo, que estuvo a punto de solicitar el divorcio 3 días despues de la boda tras interminables horas en los Inválidos de París.
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