Guardo como oro en paño este antiguo cassette-reproductor-grabador de finales de lo 70 y primeros 80, auténtica joya de la época, sólo para mentes selectas como la de mi padre. Con un bonito diseño tiene la posibilidad de grabar y reproducir, sigue funcionando perfectamente y el sonido de las teclas aún resuena en los inicios de aquellas grabaciones caseras familiares. El "Grundig", que es cómo lo llamábamos en casa, ha servido con dedicación casi 30 años, aunque tuvo un momento de segundo plano cuando fue sustituido por un mega-loraco Pioneer traído de Canarias, con un sonido prácticamente sideral y que ha muerto en alguno de esos traslados.
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