Estamos hablando de un juguete didáctico de kiosko de primer nivel, maravilloso. Son unas mini pizarras de plástico, la que conservo es una Azur-plastic, francesa, que traían adjunto una lápiz puntero que al escribir sobre el plástico pantalla hacía que un extraño papel interior se oscureciera.... tras dibujar en abundancia, pasabas una barrilla superior a lo largo de toda la pizarra borrando estupendamente todo lo dibujado. Tras unas cuantas horas de vuelo, el papel interior y la pizarra empezaban a demostrar su fragilidad, incluso llegaba, inexplicablemente para el usuario, a despedazarse el papel interior.... magnífico juguete.
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