¡Qué miedo y qué pena!

Bueno, dicen que una imagen vale más que mil palabras. A los que nos gusta el fútbol y sobre todo a los culés de cariño y corazón que vemos en un partido lo que es, "no brain", pasar el rato y diversión, estas cosas nos dan mucha pena. Está claro que el Presi del Barça no está midiendo sus actos, está utilizando al club y se está haciendo unas fotos que lo vinculan al nacionalismo excluyente más rancio y perdido de nuestra querida y vecina Catalunya. Los que hemos vivido en Barcelona y queremos enormemente a la ciudad y a sus habitantes que son gentes estupendas venidas de toda España, de todo el Mundo y con turismo global, vemos estas chorradas (las antorchas recuerdan aquellas procesiones de las juventudes hitlerianas) con miedo, pena y precaución. No es bueno mezclar cuestiones deportivas con eventos que juntan a 100.000 personas de una tacada con asuntos políticos candentes y sensibles. El Barça querido es un club global, con fans en todo el mundo. No me veo yo al Presidente de los Lakers haciendo una manifestación en LA por la independencia de los Indios Mapuches. Este tío sin Can Barça no es nadie, y ahora representa a una entidad, debe ser cuidadoso con sus actos o el tiempo le cobrará el impuesto que merece.