jueves, 26 de noviembre de 2009

KRAZY KAT y el orígen de todo




Ya he hablado alguna vez de Krazy Kat, lo considero como una obra mayor dentro del cómic, influencia de influencias, matriz de la que parte una gran porción de la posterior creatividad de animación de este siglo y el pasado. Me encantó ver como en la película de Bob Esponja, cuan Bob y Patricio se emborrachan de helados, el bar cantina está decorado por ilustraciones de Krazy Kat, una obra que pronto, en 2013, cumplirá un siglo de vida. He tenido la suerte de haber podido admirar originales de Herriman de Krazy Kat, dotados de esa genialidad de lo sencillo y magistral, del surrealismo en las historias, de los extraños elementos naturales, personajes locos y arquitecturas pseudoespaciales.

Krazy Kat aparece por primera vez en el New York Evening Journal en 1913 como tira cómica. William Randolph Hearst, su propietario, era un gran admirador de esta obra y la mantuvo 20 años pese a que el público no la comprendía. Ambientada en el Condado de Coconino, Arizona, donde el autor pasaba sus vacaciones es una cajón de sastre de surrealismo, poesía e inocencia. Muy avanzada para su tiempo se ha convertido en una serie de culto, admirada e inolvidable. El triángulo entre un gato de sexo indefinido, enamorado de un ratón (Ignatz) que lo aborrece y golpea con ladrillos y el perro Offissa Pupp que persigue al ratón y está secretamente enamorado del gato.

Aparentemente simple, error, no lo es. Sofisticación, detalle, creatividad, extraños mundos y personajes.

George Herriman realizó Krazy Kat hasta su muerte en 1944. Artistas, dibujantes, escritores, pintores de todos los tiempos la consideran como una de las primeras obras maestras del cómic, referencia incuestionable y alarde de emoción, creatividad e imaginación.

2 comentarios:

  1. SE NOTA QUE TIENES CRIOS PEQUEÑOS, A MI MI CHICA LA PEQUEÑA ME LLAMA CALAMARZO!!!!!

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  2. jajajajaja, pero oye no te equivoques, a mi me encanta Bob Esponja, en estos momentos mis toods preferidos..., me río bastante más que mi hijo...

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