miércoles, 11 de noviembre de 2009
Si la cosa funciona... pues funciona
Woody Allen tiene 74 años, es uno de los directores de cine más prolíficos, influyentes e importantes de la historia del cine y sigue dándonos nuestra ración anual, como corresponde. Tras su periplo europeo, alejado de su orden y estilo pero que para sí quisieran muchos directores, vuelve a New York, en una peli esencialmente Allen, divertida sin ser mágica. Una pena los penosos doblajes españoles, dan ganas de no ir al cine a ver sus pelis porque no las aciertan, tiene que ganar mucho en V.O.. Boris Yellnikoff es el personaje protagonista, es Allen, misántropo, intelectual e inaguantable... pero genial en esencia. Merece la pena ir relajado a verla al cine, a pasar un buen rato y seguir admirando a este meritorio anciano que sigue exprimiendo la fruta de la creatividad de vuelta a su imprescindible Manhattan.
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