viernes, 19 de febrero de 2010

Arturo Fernández en estado puro


Partamos del hecho de que soy un acérrimo admirador de todos los artistas españoles que hacen teatro de comedia, porque es muy difícil el asunto y de mucho mérito.

Arturo Fernández cumple 81 años el domingo y que alguien me explique el pacto demoníaco que tiene este sujeto para conservarse con ese porte, esa voz y esa elasticidad... además de con ese Arturismo en estado puro. Creo que es la 5 vez que lo veo en teatro, forma parte de ese ya minúsculo grupo de intérpretes de comedia, como Osinaga, Valladares y otros, y que sólo tiene a mi entender sucesión en Joaquín Kremel. Pero el papel de Arturo Fernández es único... galán mujeriego arruinado, elegante hasta el extremo, y pobre diablo hasta el otro. La obra es agradable, ligera y divertida, una pizza completa de Arturismo total, con todas las muletillas, las caras, los braceos y los dejes propios de este monstruo de las tablas. Es una especie trabajadora y talentosa en extinción.... especialmente único en el caso que nos ocupa... Otros como Garisa, Martínez Soria ya desaparecidos, explotaban otro perfil, más de cómico puro, de lío tras lío, heredado en su versión menos interesante por los Manolito Royo, Marianico el Corto y otros cracks.

Estas obras y estos artistas son pasto de las críticas más duras por parte de los doctos críticos.... ahhh, ignorantes.... siempre hipervalorando el drama, siempre machacando a los cómicos.... serán porque se ríen poco? jejeje, será. No hagáis caso a las críticas, no os perdáis estas obras. No se cuántas veces me he arrepentido yo de no haber visto a Martínez Soria en Zaragoza (venía todos los años) o al mismo Garisa, paisano y divertidísimo truhán.

Seguiré acudiendo fielmente a mi cita con Arturo Fernández siempre que venga, son dos horas y media excelentes, para olvidarse de todo, para disfrutar de un ejemplar único de la naturaleza teatral, que viva muchos años Don Arturo.

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