Al final no va a quedar ni ovnis, ni Yeti, ni Nessie ni na...

La ciencia está genial y las investigaciones también.... pero hay algunas cosas que me duelen, como el adiós al romántico tema OVNI.

también me entristecen las últimas informaciones alrededor de dos divertidos personajes, parte ya de la cultura y leyenda mundial que, en breve, pasarán al olvido, Nessie y el Yeti. Os transcribo una información aparecida ayer en El Periódico de Aragón sobre estudios españoles al respecto.... anda que no hay cosas mejores que hacer que quitarnos a Nessie y Yeti.

"El lago Ness, maravilla de Escocia, es una reserva de agua dulce que mide unos 30 kilómetros de largo y unos 3 en su zona más ancha. Es muy grande, sí, pero insuficiente como para que en sus profundidades pueda vivir un ser de dimensiones jurásicas.

Varios científicos ya han hecho los cálculos, según explica Eduardo Angulo, escritor y profesor de Biología de la Universidad del País Vasco. El lago es tan estrecho y profundo, con simas de hasta 300 metros, que la luz escasea y apenas se genera fitoplancton. Como no abundan las algas verdes microscópicas, tampoco hay demasiado zooplancton. Y el resultado final es que todos los peces juntos pesan a lo sumo unas 20 toneladas.

No hace falta analizar fotos borrosas y testimonios dudosos para refutar la existencia de las misteriosas criaturas que pueblan los tratados de criptozoología. Basta con divertirse un poco y aplicar la lógica científica. "Son seres ecológicamente imposibles", resume Angulo, autor de Criaturas , un ameno libro que intenta ofrecer una visión científica de Nessie, Yeti, Big Foot y otros populares críptidos, es decir, seres que nunca existieron. Angulo y su colega Jesús María Olaizola, Txiliku, editor, escritor y especialista en mitos populares, estuvieron en Barcelona para pronunciar sendas conferencias en CosmoCaixa.

Del pobre Yeti hace tiempo que no se tienen noticias. También se le habrá acabado la comida: un simio de más de dos metros necesitaría una despensa de frutos que no existe ni en Tíbet, ni en Nepal, ni en ninguna de las otras regiones que también lo reclaman como suyo.

Los criptozoólogos insisten en que los mitos han surgido porque existe una base real. Por ejemplo, el Yeti podría ser un Gigantopithecus, un primate asiático de tamaño gigantesco que, según las evidencias científicas, se extinguió hace unos 300.000 años. Algún ejemplar podría haber sobrevivido hasta tiempos modernos. De hecho, dicen, todavía quedan celacantos, unos peces prehistóricos que se daban por extinguidos y que, sin embargo, reaparecieron a partir de 1938.

"No hay ninguna prueba del Yeti --responde Angulo--. Ni huesos ni pelos ni nada. Solo avistamientos confusos y huellas atribuibles a la acción humana". El origen de los críptidos es la propia naturaleza. Surgen cuando intentamos explicar lo que no entendemos, "como un movimiento o una sombra en el bosque cuyo origen no conocemos".

SIN LUGAR Es casi imposible que un animal de tamaño respetable haya sobrevivido hasta nuestros días en algún paraje remoto sin ser descubierto, no hay que olvidar que existen los satélites. Pájaros o roedores sí, pero "es una quimera pensar que hay un King Kong dando vueltas por ahí", dice Angulo." (EL PERIÓDICO DE ARAGON)