Las bodas entre chinos están de moda. No celebran acto religioso ni nada que se le parezca, se suele limitar a un convite con unos niveles de horterez máximos.... hay barrios enteros de tiendas dedicados a ropa para bodas, pasteles nupciales y fotografía y vídeo.
Una de las cosas más divertidas, looks aparte, es que dos semanas antes del evento, los novios, con una recua de varios fotógrafos y el cameraman de turno, se hacen una sesiones de fotografías en las zonas idílicas de las ciudades dignas del Vogue o similares. Posturas de modelo, caras de circunstancias, maquillaje, peluquería, focos y glamour.... los modelos no suelen estar a la altura obviamente, pero lo viven como si fueran las stars del momento.
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