sábado, 5 de febrero de 2011
Platillos Volantes, de Óscar Aibar, lobo con piel de cordero
Por razones de esas que no me explico no había visto esta película, Platillos Volantes.... segundo trabajo de Óscar Aibar realizado en 2003.
La verdad es que tenemos muchas cosas en común con este buen profesional, guionista de cómics de Toutain (84, Totem, etc...), director de El Gran Vázquez donde realiza, a mi entender, un excelente trabajo sobre Manolo Vázquez junto con el que trabajo en tiempos en Makoki... hay mucha cultura pop compartida con Óscar, generacional, visual, tebeos, los primeros 70, Bruguera, los coches, la vida de aquella España... eso hace que de una manera automática disfrutes de los universos que refleja en la pantalla, llenos de guiños a tu memoria visual y sensorial.
Platillo Volantes es, a mi entender, una excelente película, además de un terrible episodio español.... entra con calzador como comedia, los perfiles de los personajes empujan a la sonrisa pero pronto ves (además del prólogo) que esa cadena de absurdas, románticas e ingénuas patrañas que maquinan su cerebros llevan a un desenlace muy lejano a sus utopías cósmicas y planetarias. Soberbios los actores, guiños con apariciones como la de Pocino, Leo Bassi y mucho elenco barcelonés integrado en pelis de Fresser además de toda la galería que más tarde sale en el Gran Vázquez....
Basada en un hecho real conocido como "Los suicidios de Tarrasa" acerca a un universo, el de la ufología, que todos vivimos intensamente en los´70, en el que juntábamos ufología con los sobrenatural, en el que veíamos ovnis por doquier y en el que, a través de espiritismo más colegial establecímos contacto con extraños seres de otros planetas... era la candidez de una sociedad cerrada al mundo.... Proyecto UFO y otras series de entonces ayudaron a que la bola de nieve aumentara de tamaño.... pero el paso esquizofrénico y maldito que dan estos dos pobres personajes en Platillos Volantes es el cruzar esa fina línea que te lleva a la sinrazón... cerebros pequeños vulnerables a la más absurda de las sinsensateces. Tiene mala leche esta película. Está muy bien construida, con un buen guión, unos estupendos actores y un ritmo homogéneo y atractivo, me ha encantado.... vigilaré con detenimiento a Óscar Aibar, sabe demasiado de nuestra generación, nos desnuda por completo el muy perro, excelente.
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