El Café New York es uno de los cafés/restaurantes más espectaculares que he visto en toda mi vida. A ciencia cierta que es obligatoria la visita si se está en la ciudad, un crimen no tomar un rico café o comer/cenar en uno de sus salones. Inaugurado en 1894 se convirtió, desde el principio, en uno de los lugares más importantes de la ciudad. Cerrado en 2001 y reabierto (gracias a Dios) en 2007.
No han acertado con algo del mobiliario nuevo, no corresponde a la categoría del marco, que es soberano, fascinante. Cenamos por unos 30 euros cada uno, servidos como dioses y degustando unas viandas excelentes. Muy recomendable el hígado de oca, preparado de manera brutal, uno de los platos habituales de la ciudad. La pasta deliciosa y las salsas de ensueño, de hecho está incluido en la guía de restaurantes selectos húngaros. Vamos, que por un precio muy adecuado, puedes sentirte como el Rey del Mundo y comer como un príncipe.
Servicio muy selecto y amable. Está situado en las lindes del barrio judío, en Erzsébet körút 9-11.
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