jueves, 30 de agosto de 2012

Peor....¡imposible!

Gracias a Tie por recordarme este brillante festival al que llevo años queriendo acudir y que tan fino de programación va. Os repostero la información de EL PAÍS: " Aunque a algunos diputados no les alcancen para llegar a fin de mes, 5.000 euros dan para pagar la mitad de un coche utilitario, la compra de todo el año de dos personas o poner en marcha un certamen de cine de serie Z. Porque ese es el presupuesto con el que el festival Peor… ¡Imposible! de Gijón, ha organizado siete días de proyecciones, mesas redondas y charlas en torno a obras cumbre de la ciencia ficción más casposa como Frankenstein contra el monstruo del espacio (1965) o Roma 2072, los nuevos gladiadores (1984). “Nuestro proyecto mantiene la misma filosofía que las cintas que proyectamos: mínimo esfuerzo, máximo rendimiento”, bromea su coordinador Jesús Parrado. Aunque algo bueno debe de haber entre tanto escenario de cartón piedra cutre y diálogo alucinado para que esta iniciativa, única en su especie en España, vaya ya por su XIV edición. “La idea original era seleccionar películas europeas de los años cincuenta en adelante que por su impericia se han convertido involuntariamente en comedias con el paso del tiempo. Pero también aprovechamos para hablar de cine a secas a partir de estos patitos feos”, se defiende Parrado. Peor… ¡Imposible! ahonda el viernes, por ejemplo, en las sinergias entre literatura y cine. O, más concretamente, en la prolífica relación que existió entre las novelas pulp y las películas de bajo presupuesto durante las décadas de los sesenta y setenta. Unos lazos que analiza también el libro Bolsilibro y Cinema Bis (VTP Editorial), que el festival presentará en el Centro de Cultura Antiguo Instituto. Además, se proyectarán tres adaptaciones de títulos de quiosco, entre los que destaca la inclasificable Chinos y minifaldas, una producción española de 1968 basada en la obra de Miguel Oliveros Tovar Muerte antes de la lluvia (Bruguera). La cinta cuenta la historia de dos espías que se enfrentan a una organización secreta china empeñada en apoderarse de la voluntad del secretario de Defensa estadounidense (ninguno va en minifalda). Estos títulos son rara avis en todos los sentidos posibles y encontrar las últimas —y a veces únicas— copias que aún existen resulta más difícil que no ver el hilo de pescar que sostiene los ovnis en sus escenas intergalácticas. “Una vez tuvimos una parte de King Kong contra Godzilla en vídeo, otra en Super8 y otra en Betacam. Fue una locura proyectarlo todo junto”, recuerda Parrado. Pero, más allá de la curiosidad que pueden despertar estas joyas bizarras o del perverso goce que produce lo grotesco, ¿quién acudiría por su propio pie y en plenitud de facultades a una maratón de siete horas de cine malo, como el que propone el festival para el sábado? “Hay cinéfilos y cinéfagos. Y el público de Peor… ¡Imposible! se inscribe dentro de este último grupo: gente a las que les gusta mucho un género y siempre quieren más y más. Vienen buscando rarezas y son muy fieles al certamen. Los reconocerás porque son casi todo hombres y visten camiseta de su peli preferida”, resume Tono Permuy, propietario de la librería, cafetería y videoclub Toma3, uno de los foros más emblemáticos para cinéfilos y cinéfagos de Gijón. Una fauna, la de los peores, muy diferente a la “gafapasta y muy arreglada” que puebla la ciudad durante el Festival de Cine en octubre. “Es como comparar el Sporting con el Barcelona”, sentencia Permuy. Parrado concede orgulloso que el espíritu de su festival se asemeja más al de un cine de barrio, incluidos sus horarios: matinal, sesión doble y golfa. “Mucha gente acude por el ambiente festivo [la entrada es gratuita]. En las proyecciones se aplaude, se ríe a carcajadas, se comenta o se pita. Se vive en grupo, porque ver una de estas pelis solo en casa en DVD puede ser duro”. (El País Cultural)

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