No había visto este filme, una pieza de RKO de 1946 ambientada en el Londres de finales del XVIII y que trata sobre un centro de asistencia a enfermos psiquiátricos y la curiosa gestión que de él hace un excelente Boris Karloff. Buen filme, joyita pequeña hecha con mucha clase, buen guión y preciosa gestión de la fotografía... sórdidos claroscuros, personajes grisáceos e importantes frases moralistas. Una buena película que merece visionado y escucha en V.O., sobre todo de ese terrible, patizambo y miserable boticario.
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