¿Me gusta el fútbol?

¿Qué es el fútbol? ¿Quiénes van al campo? ¿Por qué tanta tensión?. El fútbol es el circo romano de hoy en día. En la antigua Roma, en el momento histórico de más decadencia y corrupción, el emperador en nómina ofreció gratis al pueblo el poder ir al circo y el derecho a pan gratuito diario, lo que conllevó apaciguar ciertos ánimos, parar las iras hacia su figura a corto plazo y dejar que la plebe descargara sus tristezas contra el tipo de la arena de turno. El fútbol, algo sencillo y complejo pero siempre divertido, se ha convertido en el tema más importante de los telediarios y los medios, ayuda a generar muchos ingresos. Los futbolistas son los nuevos modelos de referencia, los máximos triunfadores de cara a los jóvenes y niños, la bicefalia (bien versus mal) Madrid versus Barça ha creado las dos caras de la moneda, el blanco y el negro, el cielo y el infierno.... ya no hay medias tintas, ya no existen los equipos medianos, todo gira alrededoe del tendón rotuliano de lateral derecho del Barça o el roce de chapa del Ferrari del delantero del Madrid.

A pesar de todo, uno se ve los partiditos de su equipo querido en tv, cada vez con más desgana, convertidos en ejercicios de vida o muerte, de éxtasis o hecatombe.... no ganar un Champions supone, practicamente, ser un desgraciado mediocre. Uno, en su inocencia, inocencia de la época de los Arrúa y Diarte, pues se acerca un día al año (uno!) a la arena de los gladiadores superhéroes, ataviado de forma neutra, no vaya a ser que tengamos lío, a ver al equipo de sus amores, al campo de fútbol, al circo romano contemporáneo. Con ganas de risas y ver alguna cosilla divertida.

Empieza el partido y se ven los ánimos caldeados. ¿Será la crisis? ¿La crisis deportiva? ¿Será la tarde calurosa? ¿Será el cesped, algo desmejorado?, no lo se , el caso es que cada vez que el equipo rival, con razón o no, hace alguna de las suyas, las venas se inflaman, la sienes se tensan, los insultos fluyen con alegría, los ojos se inyectan en sangre y las manos se convierten en puños agresivos... y todo ello a precio de oro, nada de gratuidades.

El equipo rival es recibido en el campo con vítores de varios cientos de "seguidores" locales con insultos al equipo, insultos a su territorio de origen... es el primer cántico de la tarde.... no uno de apoyo al equipo local, no, sino de insulto al visitante. Todo transcurre en la normalidad estúpida de una grada de un campo de fútbol, despreciable y patético lugar que dan ganas de no volver a visitar jamás. Espacio donde las frustraciones y mierdas personales se convierte en exabrupto camuflado en la masa hacia quien toca el balón, el pito o la camilla, y mira al tendido pensando "¿el nuevo Lamborghini era amarillo o negro?". 

De repente surgen insultos racistas, intolerables. De nuevo esos cientos de impresentables de baja estofa gritan al únisono como monos en cuanto un jugador rival, al que consideran una involución humana hacia el simio, toca la bola. Y este servidor, alucinado, comenta en voz mesurada y en conversación privada lo intolerable de la situación.

En esos momentos, dos espectadores situados delante, presos de la ira y el enfado más irrefenable se vuelven hacia este que les escribe y le empiezan a dar voces, llmarle intolerante, decirle que quién es para decir nada en "SU" casa (imagino deportiva), que quién soy yo, que me calle, que me vaya a mi casa, que si en mi campo no dicen esas cosas???, etc etc etc, gentes que no me conocen de nada, no saben de mi situación personal, origen o filiación deportiva. Así sin parar, gruñendo, mirando de reojo, amenazando, como si en cualquier momento me fueran a dar un mordisco en el tobillo. Con una ira y un odio que jamás vi en años. El equipo local pierde y hace un partido pésimo. Los ánimos siguen paralelos a la decepción. 

Es curioso, unos impresentables se prodigan en insultos racistas hacia un jugador, o varios, por el color de su piel. Nadie les hace callar en el estadio, nadie.... y uno, en voz baja, para sus colegas, alucina y comenta lo intolerable de la situación, y esos que dicen ser educados, la pagan con el que no entiende el tema!!!. "Mi estadio es mi casa", "Somos educados", "A mi nadie me da lecciones en mi casa", "No se puede generalizar", etc etc etc. 

Que les den mucho por el culo a los estadios de fútbol y a la ira que contienen. Yo voy a divertirme, a ver regates, vaselinas y algún golazo (no fue el caso), pero no voy a perder ni un minuto más de tiempo en soportar a personajillos mediocres que vuelcan todas sus frustraciones personales contra quien no puede rebatirlas, con niños delante, o no, se la suda. ¡Viva el metal!