viernes, 5 de julio de 2013

La ciudad de Siem Reap (Camboya)

Siem Reap era un lugar especial que quería visitar hace mucho tiempo, casi desde niño, atraído por los legendarios Templos de Angkor, una imagen que se me quedó grabada por el cine, El Libro de la Selva y las imágenes de exploradores franceses, además de la fantástica publicidad de viajes de finales del XIX. La ciudad es muy pequeña y la más visitada de Camboya por estar a unos brevísimos 10 km de los Templos de Angkor, un lugar único y maravilloso del planeta Tierra. Es mejor alojarse en un hotel alejado del centro porque el mismo es un caos de turistas, tuc tucs, garitos de masaje, bares, restaurantes y tiendas de souvenirs, todo ello dentro de un caos absoluto. Es fundamental llevar información sobre qué comprar, donde comer y que visitar, sino uno acaba mareado de tanta información. Me gustó muchísimo su mercado que conserva intacta su autenticidad y comercio local, aunque parte sea de souvenirs, es un lugar muy recomendable. Masajes a 1 dolar, peceras de pececillos come piés de esos que quitan la piel muerta (horror y pavor), cocodrilos disecados, puestecillos de regalos sin fin mezlados con comercios auténticos e interesante que hay que saber seleccionar y visitar. Mucho comercio "solidario", gestionado en beneficio de talleres de discapacitados y afectados por guerras y penurias. Mucho grupitos musicales de ciegos y personas con discpacidad, un extraño paisaje a veces. Seguridad máxima y buenas gentes por todos lados, muy sencillos y sonrientes. El carácter camboyano es muy agradable dentro de un país un 95% budista, y eso marca mucho la forma de entender la vida.



















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