sábado, 21 de junio de 2014

OCHO RÍOS (Jamaica).... y yankees enjaulados

Fantástico Jamaica. Un país complejo, difícil, pero lleno de gente maravillosa. Hemos ubicado nuestro centro de operaciones en Ocho Ríos, que es una de las ciudades más turísticas de la isla. No por nada, sino porque está en un lugar estratégico, muy bien ubicada.

Creo que hay muchas maneras de venir a este país, pero creo que es obligatorio intentar integrarse con la gente que lo habita, conocerlos e interactuar con ellos. Pero ésto no ocurre en el 99,99% de los casos. De hecho, estamos practicamente solos (como extranjeros) en todos los lugares a los que nos acercamos, sean poco o muy turísticos. El visitante, en su mayoría estadounidense y británico, pasa olímpicamente de los jamaicanos, no solo eso, sino que vive literalmente enjaulado en sus resorts, complejos, autobuses y visitas guiadas, una pena, para ellos desde luego. El jamaicano tiene mucho que ofrecer; un carácter muy amable, mucha humildad en el trato, muy buen rollo, su cocina, su conversación y su simpatía. Pero me da la sensación que aquí la gente viene muy atemorizada por los tour-operadores a los que no interesa que la oveja salga del redil de control.... hay mucho que ordeñar de la vaca. Veamos, las calles de una localidad mediana a las 8 de la tarde son un hervidero de gente y hay de todo, pero yendo con prudencia la cosa funciona... de esto a no ver ni un sólo "blanco" en las calles, hay un trecho.

Tiene que ser duro para el jamaicano, habitante de una bonita ciudad con playa de ensueño, no poder acceder a la misma, vallada, hasta con alambradas, mientras ve desde el otro lado de la verja a orondos yankees recién bajados del crucero, indiferentes como amebas, ser agasajados con todo tipo de bebidas refrescantes, platillos  la brasa y d.j. a plena onda.... ojo, que a nosotros (turistas sin pulsera) nos miran un poco por encima del hombro, je, da igual, ellos suben y bajan de los buses mientras tú te quedas viendo una puesta de sol o comes en un pequeño local de carretera. Todo un poco demencial esto de los megacruceros, pero oiga, tiene sus adeptos, así que máximo respeto.

Hemos alquilado un sencillo coche (indispensable) y nos movemos por las carreteras isleñas. Aterrizamos en Kingston, la capital.... y el viaje hasta aquí, tras más de 100 km fue toda una odisea. Primero por la conducción kamikaze total, las carreteras (en especial la A1) demencial.... incluso peligrosa diría, si a eso le suman ustedes el volante al otro lado, coche automático, cabras (muchísimas), gallinas, perros sueltos, colegiales, bicicletas, vendedores de fruta y de cualquier tipo de cachivache, pues una auténtica prueba circulatoria. Sudando tinta.

Pero una vez ubicados, todo funciona y se mueve con "no problem" mode. Hay dos Jamaicas; la cara y blindada, sólo para ricos y guiris, y la de la gente.... muy humilde, con muy pocos recursos, llena de rastafaris, colegiales sonrientes, mercadillos, reggae a todos horas, muchas pequeñas iglesias y de buscarse la vida. Esta es la Jamaica que estamos encontrando, y es estupenda, distinta, especial, auténtica y valiosa. Aquí van unas pocas imágenes de esta primera localidad que hemos tomado como centro de mando.












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