En pleno centro de Sighisoara está la casa natal de Vlad Tepes, hoy reconvertida en un restaurante explotado turísticamente. El tema no tiene nada de histórico pero recomiendo la visita por varias razones; se come muy bien a un precio excelente (el segundo mejor sitio de la ciudadela dicen), el lugar tiene gracia y no es hortera, puedes ver curiosos productos de merchandising vampírico, que siempre es divertido, y tiene la "habitación de Vlad Tepes", donde te ríes muchísimo.
Ubicado en el primer piso, el restaurante es muy agradable y está bien atendido. Sopas, verduras, carnes de la tierra y buenos postres. Velas en las mesas y permiso de fumar sin cuartel. Un rato muy divertido. Tras ello un café "Drácula" y la visita desternillante a su habitación, donde se ubica una parafernalia vampírica entrañable con un buen tipo que se gana la vida asustando a los visitantes y con el que compartimos un rato memorable. Un cd con música tenebrosa, un cuadro de empalados y mucho cachondeo. No lo olvidaré mientras viva, momento genial.
No hay comentarios:
Publicar un comentario