Ha llegado a mis manos gracias a un querido amigo el disco en directo de los míticos VAN HALEN con David Lee Roth en la voz y la familia VAN HALEN en la "orquesta".
Puede que Roth haya perdido voz, que lo ha hecho, pero atreverse con semejante set-list es tremenda osadía para un sexagenario resultón, que resuelve con alegría. Sobre la participación de Eddie Van Halen, pocos sombreros quedan ya por descubrir, absolutamente SUBLIME el personalísimo lead-guitar que cambió el hard-rock allá a finales de los 70. Sobre la base rítmica, pues poco que añadir, las fascinante batería de Alex y el rotundo y excelente bajo de Wolfgang no admiten posibles peros. Se añora muchísimo a Anthony en los coros, son únicos y especiales, pero conforme avanza el disco y se desgranan, una a una, las fantásticas canciones de Van Halen (que no Van Hagar) te olvidas de todo.
Los discos de la "época Roth", en mi opinión, nada tienen que ver con el resto del periplo VH con Hagar y Cherone (de muchísimas menos octanos casi rozando la mediocridad). David Lee Roth es la creatividad, la frescura y la diversión de la que carecen el resto de técnicos músicos.... es la conexión con la audiencia, además de ser un tipo con enormes caminos visuales, culturales y creativos (diseños, tendencias, letras, símbolos o canciones, originalidad) que le dan a VH ese punto genial del que carece sin su presencia.
Unirlos de nuevo es volver a crear magia y una lástima que la formación no sea la original, porque sería un extraordinario acontecimiento. El vínculo y la fidelidad de Michael Anthony a su amigo Sammy Hagar impide, creo yo, un retorno del pequeño y formidable bajista.
Tokyo Dome contiene un set-list sin fisuras, formidable de principio a fin y muestra, una vez más, lo grandioso de los vinilos de Van Halen de su insuperable época con David Lee Roth que es a VH lo que Bruce Dickinson es a Iron Maiden o Mike Patton a Faith no More, un pilar fundamental y sin el cual la banda cojea ostentosamente.
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