No se ni cómo empezar ni como afrontar un disco así. Desde luego si es usted un gran fan de Iron Maiden a lo mejor no disfruta demasiado leyendo este humilde texto (uno más entre miles) que habla del último disco de Maiden, "The book of souls".
Antes de nada, me compré The Number of the beast en 1982, me voló la cabeza, era algo nuevo y brillante, fresco, rápido y distinto. Creo que todos le debemos muchísimo a esta querida banda que, en mi opinión, tiene 7 primeros discos capitales, formidables. Hay un momento clave en los británicos, que es la dispersión creativa de Adrian Smith y Dickinson hacia proyectos personales, ahí, desde mi perspectiva, todo cambió. Le ha pasado a muchas bandas, se pierde la magia, la química, empiezan los desajustes, las guerras internas, se rodean de nuevos colaboradores, simplemente son tiempos nuevos y nuevas circunstancias.
Al final, detrás de todo, está lo de siempre, las canciones, la obra que sale. E Iron Maiden ya jamás hace canciones memorables, que calen.
El último disco no se ni como clasificarlo. Creo que cuando se quiere abarcar demasiados públicos, dejar contento al fan de siempre y, a la vez, profundizar en un camino que, por técnica musical, cultura y calidad no se posee, como son los terrenos del metal progresivo donde, siento decirlo, están a años luz de casi todas la bandas de renombre, pues te sale un híbrido que desconcierta, resulta olvidable y a nadie convence... o sí? porque parece que sí según las cosas que leo. Las bandas deben hacer los discos que les salgan de las entrañas, y eso no es fácil.... Maiden, si sigue con estas guitarras ochenteras, esta aburrida batería, ese bajo de Harris que ya hasta molesta (por Diosssssssss) y ese telón de fondo sónico que nada aporta, que se dediquen a rápidos hits sencillos llenos de himnos que tanto gustan a la audiencia y en los que creo se manejan excelentemente, pero cuando quieren parecer lo que no son, músicos avezados, se meten en unos inmensos y aburridísimos periplos sin matices, que suenan una y otra vez a lo mismo hasta el adormecimiento.
Dickinson ya no es quien era, es lo normal, la voz se resiente y el buen frontman ha dado mucho, baja tono pero resulta pesado, monocorde, desdichado en algunos momentos. Lo demás, no me dice nada, ni los himnos me calan.
Estamos en 2015, considero a Iron Maiden, a nivel musical, una especie de fósil vivo que contemplo con cariño y homenaje por el mérito de seguir en la brecha intentándolo. Mi aplauso.... pero me apenan sus propuestas musicales, me aburren y casi me invitan a la desconexión de la audición, casi no me esbozan ni una sonrisa. Hay otras bandas que refrescan sus propuestas, con nuevos miembros, otros caminos creativos, un trabajo meticuloso, estos no, estos siguen a piñón con su abc, pero oxidadete y rancio de lo más.
Quien bien me conoce sabe de mis gustos musicales, nada me asustan las canciones maratonianas de 20 minutos o los discos conceptuales sin voz, las cacofonías o el dolor sónico, al revés.... pero nada peor que el tedio, lo monocorde, lo repetitivo, más de lo mismo pero de peor calidad. Creo que este disco les va a dar su juego y gasolina para un muy buen tour, lo merecen y les deseo llenos en todos los estadios.
Por no hablar de como se echan de menos esas frescas portadas de antaño, hasta en eso se ha perdido la creatividad, son los tiempos que corren, conservadores, poco arriesga quien todo lo tiene.
Todo mi respeto a Maiden, todo el cariño, como se lo tengo a otras bandas. "Mi banda" es KISS, los adoro dentro de su sinsentido, son parte de la familia.... pero no me tiembla la mano cuando digo, y siempre lo diré, que tras The Elder murieron musicalmente los KISS que yo adoro para pasar a ser, otra cosa, una especie de espejo memorable y digno de aquel brillo (a veces indignísimo). Iron Maiden anda parecido, son un espejo, feote, distorsionado, borroso, de aquella memorable y brillante banda limpia, que sólo se miraba a sí misma, divertida, honesta incluso inocentona que tantos buenos ratos nos ha dado y que nos voló los sesos desde ese primigenio punk-metal de club hasta el quinteto de la muerte Beast-Piece-Powerslave-Time-7son, con guinda de oro en su directo Live after Death al que considero un diamante de muchos kilates.
Este disco pasa a coger polvo de inmediato, pero, gracias Maiden por, por lo menos, seguir intentándolo, ojalá vendan millones.
En mi opinión el disco está un punto por encima de lo que venían haciendo en los anteriores, pero esto sigue sin ser mucho, la verdad.
ResponderEliminarMe asombra que esté teniendo tal aluvión de excelentes críticas y que a quienes no las compartimos, se nos tache de no entender que ahora Maiden son "más progresivos". ¿¿¿eins???
Si alargar canciones a fuerza de repetir estrofas con melodías muy simples durante varios minutos es ser progresivo, desde luego Maiden lo es. En medio de esas canciones (especialmente en las más largas) no hay apenas variaciones, cambios de ritmo, estribillos que enganchen... Hay momentos, sí, pero enseguida se pierden en esa repetición cansina que particularmente me aburre mucho.
Agradezco momentos como la intro con piano, en la que sorprenden para bien. Sin embargo ese mismo tema acaba aburriéndome con su injustificada duración.
Tampoco me ha gustado en general el trabajo de Bruce, a quien veo sufrir en varios momentos por intentar adornar un poco sus monótonas líneas vocales.
Honestamente creo que este disco habría pasado sin pena ni gloria de haber estado firmado por un grupo de chavales que empiezan y por mi parte tengo la certeza de que no lo escucharé salvo que tenga la oportunidad de ir a algún concierto y quiera refrescarlo unos días antes.
Qué le vamos a hacer. Tampoco esperaba algo mucho mejor, la verdad.
Un abrazo
Gsus, comparto tu comentario....
ResponderEliminarIron Maiden quiren parecer progresivos pero ser progresivo no es hacer 18 minutos de canción, son los cambios de ritmo, virtuosidad en la composición y calidad, además de una buena composición detrás.... Harris está obsesionado con el asunto, así le va.ç
Dickinson rubrico tu comentario, el pobre sufre, pero todo mi respeto.
Los demás, pues..... qué decir, lo de siempre, peor y aburrido....
Un abrazo