Albalate del Arzobispo es uno de los pueblos que más me "duele" de todo Aragón. Con historia milenaria, un interesante emplazamiento y un fenomenal casco antiguo, no ha sabido mantener su tono arquitectónico... los desastres patrimoniales son continuos, los disparates en edificios, casas y calles, sin parangón.
Pero mención aparte merece el otrora singular y bonito puente de San José, del siglo XVIII. Aún se conservan imágenes de sus mejores años, cuidado, liviano y de arco bajo. La "remodelación" desastrosa que se la he hecho en los últimos tiempos (desconozco fecha), con pegotes infames de cemento, falta de sensibilidad, ningún tipo de criterio patrimonial y ausencia de rigor hace daño a la población, invita a no volver. Destroza su imagen, habla poco y mal de la misma y de los responsables de su cuidado. Una auténtica dejación histórico-artística.
Eso sí, en Casa Agustín se come muy bien.
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