jueves, 17 de diciembre de 2015

Pese a Jar Jar Binks

Somos una generación muy afortunada, siempre lo digo. Tuvimos la suerte de poder disfrutar de un momento sideral del cine justo cuando nuestro cerebro se imprimía de los nuevos iconos de la cultura pop mundial. Eran finales de los 70, los genios liberados de Hollywood fabricaban con un ojo en la taquilla pero no atados de pies y manos por ella, el maestro Coppola, el shock Scorsese, Woody Allen sideral, la gran revolución del fantástico, Spielberg, Encuentros en la Tercera Fase, Alien, y, sobre todo, Star Wars.

La Guerra de las Galaxias estaba en el momento idóneo con el presupuesto perfecto. Legiones de chavales llenábamos los cines tras las locas películas catastróficas de "Terremoto", "Aeropuerto", "El Coloso en llamas", la reposiciones "bíblicas", Los 10 Mandamientos, Ben Hur.... ir al Fleta y al Palafox en Zaragoza, las grandes catedrales del cine local, era como estar dentro de una nave espacial, ver una cinta grandiosa en sus imponentes pantallas, resultaba espectacular.

Pero recuerdo aquel estreno de Star Wars de 1977 en el cine Palafox y cómo disfruté, porque lo que apareció ante mis ojos era absolutamente distinto a todo lo visto hasta entonces, con claras referencias al western, a la mitología, una auténtica ópera espacial, una locura llena de nuevos seres pero con un diseño artístico absolutamente nuevo e innovador. La presencia de los droides, los excelentes efectos, la prodigiosa música, los nuevos decorados, el desierto, el extraordinario modelado de las naves, esos X-wing de quitarse el sombrero, esos tie-fighters para enamorarse, la cantina de Mos-Eisley, el deslizador, los Jawas y su brutal taller rodante, los Tusken Riders, Cushing, Darth Vader, un planeta nave!!! lo brutales destructores, el sable láser, el Halcón Milenario, los soldados imperiales.... un auténtico banquete para los sentidos con un, en mi opinión, inolvidable diseño de arte. 

Tal fue el impacto que recuerdo estar años, digo años, dibujando sin parar X-Wings. Luego vino el Imperio contraataca, guau!, para mi la mejor de la saga sin género de dudas. No voy a detallar porque todos la conocemos al dedillo, pero se afianzó la saga y se pasó el listón de calidad, había seguridad en el proyecto, era un éxito sin paliativos. El Retorno del Jedi, ya de bajón pero aún tirando de la emoción, más cercana a lo infantil, con dudas y riesgos, empezaba a meterse la pata pero el buffet libre de criaturas y sensaciones no dejaba momento de respiro.

Recuerdo la expectación del estreno del capítulo I, de hecho hasta me puse una camiseta del nuevo villano que prometía mucho... la decepción fue absoluta, todos odiábamos a Jar Jar Binks. Nuestros ojos ya no eran infantiles y por ellos habían pasado muchas sagas, contábamos con ello, pero aquello me resultó un pastiche simplón de abc, más buscando el desarrollo de la franquicia, con un Lucas mirándose el ombligo. En definitiva, peor cine. Los siguientes capítulos intentaron arreglar el desaguisado pero no dejan de ser facturas olvidables con algún momento sublime, como no, faltaría más, pero ninguno memorable. Al final es cine, y no es buen cine para mi.

Y esta noche, de madrugada, nos encontramos ya no sólo con una nueva vuelta de tuerca del proyecto sino con la enorme alegría, histórica diría yo, de volver al mismo cine en el que vimos Star Wars en su estreno en 1977, el Cine Palafox en su "aula magna". Compartido con los mejores amigos, con el inconfundible tufillo de tapicería+palomitas, con el techo imposible, la pantalla gigantesca. Es mucho más que la película en sí, es un pequeño homenaje a nuestra huella cinematográfica de cine fantástico. Si me hubieran dicho, en 1977, que en 2015 estaría viendo la séptima entrega de Star Wars, hecha por un nuevo "Spielberg", con Kasdan en el guión, con unos sexagenarios Solo, Leia y Luke, pues sencillamente no lo hubiera creído. Pero el poder hacerlo me resulta histórico y emocionante, sea cual sea el resultado de la cinta, que por edad, historia y cerebros ya muy trabajados, exigentes y sucios, no causará ningún tipo de efecto parecido, sólo espero ver una peli decente y compartir miradas cómplices con amigos queridos que saben mucho más que yo de la saga.

Star Wars, una sencilla epopeya espacial que cambió el cine, pese a Jar Jar Binks.


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