miércoles, 24 de mayo de 2017

ROGUE ONE: A STAR WARS HISTORY (2016) Gareth Edwards. POR FAVOR, DEJEN EN PAZ A CUSHING.

Esta vez ya ni he ido al cine. Con Star Wars, siempre, en mi opinion, la batalla ya está perdida.... El mercado norteamericano del cine ya sabemos como va, el cine es una mercancía, no un ejercicio artístico, y en el caso de Star Wars ya es que ni siquiera hablamos de cine, hablamos de la cueva de Aladino.

Hay tanto en juego, sobre todo tanta pasta, y tanto marketing detrás que el resultado, como no podía ser de otra manera, resulta vacuo y plano. Tienen que tirar de los mil resortes de siempre, ya tan aprendidos que resultan cansinos, todo está referenciado, todo ya está rodado, todo está analizado, todo ya lo hemos visto, aunque tenga pelos raros o iluminación distinta, ni Abrahms pudo con ello. 

El objetivo es ganar por acumulación.... nada es sutil, todo es enorme, grandilocuente, excesivo, llevado por esa manía tan infantil de abrumar con mil imágenes y aburrir con su suma.... imposibles paisajes, tremendos laberintos, inmensidades estelares, construcciones megalíticas, tropas infinitas, referencias megalómanas, tirando de la fatídica fórmula tan tediosa de El Señor de los Anillos o las mil pelis de superhéroes, ay qué penita.

El guión me resulta de traca, de hecho es una simple acción de guerrilla, sin más, con los pasos clásicos de todas las entregas, predecible, nada innovadora.... sí.... lo visual es perfecto.... mil y una razas de bichitos, roboides, naves, tirando de elefantes, Y-Wings, X-Wings, lo que sea .... el merchandising llama a la puerta... pero y el cine? El cine sigue esperando algo que ya nunca llegará, que es una buena peli.

Los diálogos nada dicen.... quizás ese par de asiáticos tienen su algo, son lo mejor de la cinta, porque los protagonistas y la trama van directos al cubito de la basura, junto con las mil pelis de superhéroes, épicas, alienígenas, etc, apestosas que campan a sus anchas por la cartelera... hay monentos que dan rubor... la escena final con el hombre ciego yendo a por la palanca o los protas esperando ser arrasados por la destrucción remueven en el asiento.... mamma mía castañaza.

Y lo peor, lo tremendamente peor, es sacar de la tumba a un PETER CUSHING que no se lo merece.... pobre gran actor, uno de mis preferidos.... un hombre menudo, enjuto, sibilino en la mirada, delicado pero perverso, siempre contenido, flema brit y academia de la vida actoral.... convertido en ese engendro digital de dos metros de altura de mirada muerta, cara turbia y gesto actoral nulo.... merecía otra cosa el bueno de Cushing, merecía NO TOCARLO. Patética la Leia final, qué triste. Hasta Vader está fuera de sitio.... qué penoso tener que tirar de lo clásico para poder soportar lo creativo.... saben que sin ellos, la cosa no deja de ser más que una castaña again. Con ellos es un sacrilegio a la memoria de Star Wars, vaya paradoja, la pasta exige devorar los iconos, hasta sacar la última gota.

Por no hablar de la sospechosa apariencia y semejanza de las tropas rebeldes en tierra con los marines norteamericanos.... hasta la posición de disparo y formación está copiada de estos.... no me lo trago.... a veces parece que estas en una playa de Vietnam. El villano es de una mediocridad pasmosa, Forest Whitaker, gran actor, es encasquetado con un personaje que, por momentos, produce la mofa, la panda rebelde en el cónclave dignos de una peña futbolera.

Lástima no entrar y pausar un poco, no analogizar y oxidizar un poco el proceso.... es todo tan lejano que nadie puede reconocerse en el tumulto, la factoría Disney en esplendor.

Star Wars fue un enorme, creativo y sorprendente western galáctico nacido de la carambola y de la mente y la audacia de unos jóvenes que, tirando hacia delante, tocaron diana.... con ayuda maestra supieron mejorar, que no es fácil, la saga, con la mejor de las entregas, un maravilloso Imperio que contraataco con sabiduría.... Después de aquello, todo ha sido caída libre, sin remisión... agotamiento.... repetición... dólares invertidos sin dejar al arriesgado cerebro que tenga su espacio. Hasta la música, siempre un seguro de vida, se aplana en la última media hora llegando al empalago.

Algo similar le ha pasado a Alien. La grandeza de Alien es su intimidad, su minimalismo, lo tremendo que es convertir una epopeya espacial en un curro diario, un simple transporte de mercancías entre planetas que, por razones formidables, se encuentra con un terrible visitante.... esa tangibilidad, el soberbio guión, el trabajo de Giger y una producción amable, dejan que el talento surja, y, voilá..... Luego la industria y el dólar entra y la taquilla manda, los estudios de mercado, el marketing y el retorno.... el riesgo, el arte y la creatividad quedan aparcados.

En los tiempos que corren, si surgen joyas es casi por carambola.... como pasa con Furia de Titanes, Pacific Rim o, en humilde medida, con Guardianes de la Galaxia.... hasta que lo pudren.

Son los tiempos en los que vivimos, tiempos de billete verde. En mi opinión, si ustedes quieren ver algo decente, tiren de cineteca, de enciclopedia del cine o busquen en extrañas propuestas, como fueron Moon o incluso Interstellar, porque en Star Wars sólo encontrarán hamburguesas con queso, y un triste Cushing digital









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