En la bella ciudad portuguesa se juntan varias cosas, por un lado su pasada potencia comercial, su importante posición como puerto comercial, su vínculo con ingleses y españoles y, además, una sensibilidad especial ante sus viejos comercios. Como resultado, una fantasía de rótulos, tiendas, neones y locales que recorren los últimos 200 años de la ciudad, algunos incluso más a los que dedicaremos especial post. Aquí va un adelanto.
A mí me gustó más Oporto que Lisboa.
ResponderEliminarY si quieres ver auténticas joyas sobre ruedas, visita el museo de Caramulo.
Saludos.
Un poquito lejos me queda, jejejej, pero gracias por la recomendación!!! abrazos
ResponderEliminarA una hora y media, hombre. Bueno, tendrás tus planes, tal vez en otra visita.
ResponderEliminarEs envidiable cómo cuidan en Oporto su legado histórico. Llevo unas semanas en Tennessee y también es espectacular lo que cuidan aquí el patrimonio histórico e industrial. Los neones son extraordinarios. Prometo enviarte alguna fotillo.
Demasiadas cosas y la familia manda.... hay que equilibrar. Los portugueses, no se si es por la influencia británica, nos dan cien vueltas en la conservación de patrimonio... ahora estoy en la isla de San Miguel y lo tienen todo impecable, ni una herida al entorno, ni un feo a los pueblos, ni un desastre que afee las calles..... sorprendente y envidiable.... enjoy neon amigo
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