Ver el fresco y divertido cine de Roger Corman siempre es un placer, pero una doble sesión con La tienda de los horrores, donde un mini papel de Jack Nicholson empieza a mostrar los dotes histriónicos del actor, y el papelón de Vincent Price en la Casa Usher, son bocadillos de fino salami.
No todo el mundo ha visto la Tienda de 1960, muchos piensan que la del 86 es la única y definitiva, pero esta baratísima producción parece rodada en un sencillo estudio es televisión. El hundimiento de la Casa Usher ya son palabras mayores, digna de pertenecer a la serie de la Hammer, colores poderosos, cuatro actores y festival de guiños.
No hay comentarios:
Publicar un comentario