Es apasionante Sorrentino. Vaya peliculón el de este viejo y repulsivo avaro interpretado por un excelente anti-protagonista como es Giacomo Rizzo. Meticulosa, exquisita por momentos, terrible y deleznable en otros, claustrofóbica y desagradable. Contrastes, cambios de ritmo, excelente realización con una música aplicada, como siempre, con sabiduría. No hay película mala en el macuto del napolitano.
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