No soy mucho de mercadillos navideños, pero tengo que reconocer que se han convertido en un fenómeno social en la época navideña. Ya que había que catarlos pues probarlos de la mejor calidad. Vino caliente (que no me gusta nada), comida a raudales, millones de cosas, cientos de chucherías, decenas de temas.... Salchichas, pretzels. El grandioso mercadillo de Nuremberg es digno de visita, es toda la ciudad volcada, el de los niños es de película, algo encantador, el marco ayuda. En Munich hay muchos y diversos, desde medievales, gays, en fin, todo un universo. Aquí van unas imágenes.
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