viernes, 16 de marzo de 2018

TABERNA SALINAS (1924) CÓRDOBA

Una delicia. Córdoba es una ciudad que en época turistera pues ya se sabe, para huir. Pero fuera de temporada, incluso con un buen fresco y algo de lluvia, supera todas las expectativas, aunque uno ya la haya caminado más de una vez, como es el caso. Sus gentes son maravillosas, su tamaño casi perfecto, su honestidad urbana y conservación, envidiable. 

Entre las múltiples y excelentes posibilidades gastronómicas y experienciales que a uno se le ponen por delante, recomiendo vivamente Taberna Salinas. Es un viaje en el tiempo. La distribución, a la vieja usanza, patio central luminoso y galería con diferentes comedores, te retrotae a las viejas casas de comidas españolas. El servicio, soberano. La comida, suculenta y certera. La experiencia, inolvidable. 

Entre copias de Julio Romero de Torres, preciosas acuarelas originales, mobiliario honesto y piezas que han sabido conservar. Además, apoyada por una taberna sublime, digna de rodaje cinematográfico.







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