miércoles, 26 de diciembre de 2018

INCIENSO, MIRRA... Y ORO MADELMAN

Cuando llegan estas fechas de "fin de curso", siempre me pregunto ¿Para qué sirve este blog?. Esta pregunta se la hace todo bloguero cada cierto tiempo.

Pues conforme pasan los años y viendo el camino que está tomando todo de hiperconexión, masificación y vértigo, cada vez tengo más claro su objetivo. Es un pequeño oasis donde nos juntamos unos pocos elegidos, no se para qué, pero elegidos, para compartir conocimiento y gusto por las cosas que nos hacen felices, para abrirnos nuevos horizontes unos a otros y ser, un poco mejores. Es el antiobjetivo de las redes sociales, basadas en "cuantos más seguidores mejor", es como una vieja tienda donde no hay de todo, pero lo que hay tiene su pequeño público.

Aquí no importa el número, sino la calidad, no importa la viralidad sino el calado.

Ayer recibí un sobrecito de un amigo de este blog, entregado en mi trabajo. En el envío venían dos cataloguillos de Tente y este lingote Madelman, qué más se puede pedir?. Pues este tipo de vínculos se generan aquí.... personas las justas, pero de calidad, interesadas y sensibles a las cosas, cargadas de detalle, una vive en Japón, otra en Buenos Aires, muchos en España, en USA, hasta en Rusia.... y todos hacemos que esta vieja tienda de objetos y vivencias bellas siga adelante.

Como viejo tendero levanto la persiana cada día con toda la ilusión, recibo con gozo las 400, 500 o 1000 visitas diarias de clientes y seguiré haciéndolo hasta que Google, Blogspot o quien sea menester decida reventar esto (que llegará), entonces nos iremos con los bártulos a otra parte.

Feliz Navidad a todos.


2 comentarios:

  1. Qué gran reflexion, creo que la compartimos muchos. Personalmente no tengo redes sociales tipo Facebook, Twiter etc y ya me cuesta mantener la plataforma whatsapp. Por lo que veo estos medios son un vertedero para que todo quisqui vomite alli su bilis. Mucho más sano acercarme con humildad a blogs como este y otros de diferentes temáticas donde aprender y divertirme (docere et delectare que decían los sabios antiguos).

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