Me encanta que se rescaten con sabiduría viejos comercios casi centenarios. El Bar Velódromo en pleno Ensanche de Barcelona, data de los años 30 y tiene todo lo que tiene que tener un bar de tertulia y encuentro. Billares, abundantes mesas, cristaleras soberbias y mucha esencia. Espejos elevados, unos baños estupendos y muy evocadores y hasta una zona en la que se ha respetado la pátina creada por los fumadores, magnífico.
Maravilloso local de larga tradición motociclista.
ResponderEliminares un lugar estupendo, saludos anónimo
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