Esta auténtica joya está perdida entre calles del centro de la ciudad, en 40 East Erie Street. Reconvertida en museo el edificio es la antigua residencia de Samuel M. Nickerson, un acaudalado banquero que la habitó a finales del XIX.
La casa es en su interior de una riqueza extrema, evocadora de El Gran Gatsby, se pueden encontrar todo tipo de maderas, marfiles, onyx y una exquisita colección de vidrieras de Tiffanys. Mención aparte para la formidable colección de lámparas, muchas de ellas del periodo Art Nouveau. Toda la iluminación del edificio está cuidada al máximo, con bombillas Edison y luz de velas simulada, intentado evocar el espíritu y el ambiente de una casa de principios del siglo XX.
La casa costó medio millón de dólares de 1883 y ha pasado por muchas manos hasta ser declarada edificio protegido en 1979, mantenida toda su ebanistería y acomodada la decoración por la Driehaus Collection.
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