NEIL HANNON. SIMPLEMENTE EL GENIO IRLANDÉS

Lo maravilloso que tiene la música es que, por muchos años que uno lleve en ella, escuchando bandas sin parar e investigando, la sorpresa llega en el momento que menos te los esperas.

Me pasó en febrero en el viejo Chicago, con esa canción soberbia escuchada en una tienda loca del extrarradio, y allí apareció Tino Drama con su música. Y me ha pasado en Santiago, yendo a comer a un sencillo barcito del centro de la mano de mi chaval. Nos sentamos a comer un menú barato y escucho un sonido especial, diferente. "Qué es esto?" le pregunto al amable camarero.... "no lo se, tengo el iPad de mi novia puesto... lo miro.... The Divine Comedy".

Y vaya tesoro el señor Neil Hannon. Un buen amigo me pasa tres de sus discos, deconocidos para mi. Vaya música, ... de dónde ha salido este tipo?. ¿Dónde estaba escondido?

Hannon es uno de esos genios que van a su bola y no siguen tendencia, porque ellos crean su propia tendencia. Como una especie de Óscar Wilde romántico, fuera de tiempo y lugar, utiliza arreglos orquestales en tiempos de ballenato, melodías cercanas a Bowie o al mejor brit pop con guiños a James Bond o a vaya a saber usted en épocas de Rosalías, guitarras ajustadas, cuerdas afinadas, canciones grandiosas en horas de repugnante latinomaníamusical y rap lamentable.... Vestido de Napoléon, tirando de intimidad o de extravagancia, navegando por el optimismo de camino a la introspección y la tristeza. Canciones mayores en tiempos menores.

Hay esperanza porque nunca se hizo mejor música, ¡pero es tan difícil que llegue al público!... y, gracias a Odín, el señor Hannon parece que tiene su pedacito de amor entre el mismo.

Son 11 discos llenos de matices, sólo escuché 3 y estoy gratamente enganchado, porque el genio irlandés valiente tira de orquesta en tiempos de maquineta, de melodías y arreglos analógicos cuando impera el peor trap rap pap parabap. ¡Bravo!

Fotografía: Martyn Goodacre/Getty Images