El tandem Rafael Azcona y Marco Ferreri fue admirable, como admirable es el de Azcona con Berlanga. Este Cochecito es una obra maestra del cine costumbrista. Una crítica dura y terrible a la apolillada sociedad española de los 60 a través de la importante pero pequeña vivencia de un anciano convertido en mueble en su propia casa, emocionado con conseguir un cochecito de inválido que le permita compartir momentos con otras personas.
La acidez y corrosividad de los guiones de Azcona y Ferreri es legendaria, y es quizás en esta exquisita obra, donde más se muestra dentro de las producciones españolas. Pepe Isbert, en mi opinión, era uno de los mejores actores del mundo, sin discusión. Su papel en esta cinta es memorable, de una credibiliad máxima, en cada gesto, en cada pose, mirada o frase. Si Isbert hubiera vivido en los años 30 en Estados Unidos estoy convencido que hubiera sido un fijo en la pelis de Capra, Wyler.... igualmente en el neorrealimso italiano o el expresionismo alemán. Su físico, único, su verdad, su mirada honesta y su voz imposible lo convierten en un actor singularmente fascinante.
He visto muchas veces El Cochecito, pero no dejo de admirarla y recomendarla.
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