lunes, 22 de junio de 2020

DOLOR Y GLORIA (2019) PEDRO ALMODÓVAR

No soy un gran fan del cine de Pedro Almodóvar, pero si un enorme admirador de su universo, creado con pasión, originalidad y pincel personal. No me había emocionado desde aquellas Kika o Todo sobre mi madre, que me parecen filmes maravillosos, pero tenía una enorme curiosidad por ver su última propuesta, por él, su momento vital, y por Antonio Banderas.

Antonio Banderas me parece un tipo sumamente inteligente y admirable. Lo que ha conseguido, con tenacidad, trabajo duro y visión está al alcance de muy pocos, lo que está haciendo ahora en su Málaga natal es ciertamente encomiable y escucharle hablar de lo cotidiano un soplo de sentido común y decencia, humildad y razón. Como actor siempre me ha parecido un poco sobreactuado, exagerado.... pero no, aquí no. Almodóvar lo coge de las bridas ante un reto mayúsculo, su autorretrato.... y le dice "no te pases"; sutil, sobrio, intenso, medido.... y para mi, consigue el trabajo de su vida hasta el momento.

Dolor y Gloria me parece una película maravillosa. El grupo de actores está excepcional, sin patinar en ningún momento.... Sbaraglia y Roth, como siempre, perfectos, Asier Etxeandia todo un descubrimiento, creíble y poderoso, enorme trabajo, Julieta Serrano exquisita como pocas, Penélope Cruz, la mamá que Almodóvar quiso tener, natural, fresca y, como siempre, evocando a Sofía Loren en cada paso y cada gesto (qué gran actriz hubiera sido la Loren en manos de Almodóvar), aunque lo que me pasa con Penélope es que no termino de creérmela, como en esa escena de lavanderas donde aparece maquillada como una actriz de cine.... le cuesta quitarse la máscara.

La dirección artística es de relojero, la iluminación, fotografía meticulosa y brillante, los diálogos y la situaciones, humanizantes y pequeñas, las miserias del día a día. Me encanta el amor del artista por sus obras, sus compañeras, su soledad, sus montañas rusas.... y sobre todo, me creo a un Antonio Banderas supremo, antológico, pequeño y frágil, intenso y herido, cansado y aburrido.

Es como si Pedro Alomodóvar se hubiera sintetizado en la esencia, dejando de lado todo artificio, todo lo grotesco, para quedar con mucho menos, pero de máxima calidad. Pocos directores consiguen hacer algo sí, olvidarse de sí mismos, hacer autocrítica y retratarse con fiereza en una cinta mínima en espacios y entornos, pero máxima en emoción. Dicen que es la película de Pedro Almodóvar que gustará a los que no les gusta Pedro Almodóvar.... no lo se, hay películas del manchego que me gustan muchísimo, pero cierto es que aquí, es él pero no es él.... es como si hubiéramos entrado en la trastienda gris de la tienda de sombreros.

Me ha emocionado Dolor y Gloria, me parece una película mayor.


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