Soy un gran observador de todo lo que hace la firma Carlos Forcén. Una marca que empezó con la moda y que se ha ido reconvirtiendo, paso a paso, en una empresa inmobiliaria. Su estilismo y escaparatismo es una locura bizarra de difícil encuadre.
Influencia de las Roma imperial con esas lanzas firmes y soberanas en las paredes, el imposible llamador de cabeza de león ¡¡¡¡¡sobre una puerta de cristal!!!!, la máscara sobre el maniquí en una mesa barroca, casi rococó, donde los oros, el acero, las platas y todo lo excesivo se juntan para contarnos algo que no sabemos entender. Impresionante ese cuadro con un marco hecho de ladrillos encastrados en canto, una locura.
La verdad es que están por todos lados con una actividad impresionante en el terreno del alquiler y la venta de locales e inmuebles, pese a su logotipo imposible y su branding antibranding, pero pese a todo eso, merecen aplauso porque indica trabajo duro e intenso. Una marca que a nadie deja indiferente.
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