GEYPERMAN, UNA EXPERIENCIA INCOMPLETA

Geyperman fue un gran juguete, no tengo duda, lejano a la calidad de Madelman pero un bonito juguete. Lo tuvo difícil al ser herencia del Gi-Joe americano y primo hermano del Action-man británico.

Traía varias innovaciones interesantes. Pelo “real” en su cabeza, barba, un alucine para la época, y sus famosas manos que agarraban las cosas con facilidad. El concepto Geyperman era distinto al de Madelman, en este caso solías tener uno o dos maniquíes y comprabas trajes y equipaciones. Su tamaño, pensado para hogares de otras latitudes, era demasiado grande para los cuartos de juego españoles, los complementos, de calidad media pero de enorme tamaño. El tanque escorpión, el ala delta o la torre eran para palacios medievales más que para pisitos patrios.

Tampoco su maniquí era un portento de ergonomía, adquiriendo muchas veces extrañas posturas. Sus complementos eran, a veces, de plástico barato, sobre todo las botas, correajes y algún casco. En cambio tuvieron la valentía de sacar los modelos de alemanes de la Segunda Guerra Mundial, magníficos y que todo buen coleccionista debe tener en su vitrina. 

Mi experiencia de juego Geyperman fue con un marine americano, no tuve mucho más en aquellos tiempos, pero tengo que reconocer que me encantaba el viejo soldado, algo solitario en la zona de juego y con un tamaño infame para aquellos tiempos. No me impactó especialmente pero le guardo cariño al juguete Geyper.