Leo en un blog esta deliciosa y profunda reflexión de Erika Jong:
"Toma tu vida en tus propias manos y ¿qué sucede? Algo terrible: no hay a quien echarle la culpa."
Asisto atónito a esta escalada latinoamericana perezosa y quejica ante el colonialismo que abandonó sus tierras hace más de 200 años. Es como si estuviéramos echándole la culpa a Carlomagno, César, Atila, de forma simplista de la causa de todos nuestros males. Como si los zaragozanos buscáramos en el Imperio Romano o las tropas francesas de Napoléon la causa de todas nuestras debilidades y estupideces. Como si los cubanos se quejaran de españoles y americanos después de 60 años de tener a dos brothers gestionando.
Razonamientos maniqueos y baratos, de bajo calado, buscando enemigo para unir fuerzas en el terruño mientras la gestión propia no deja de ser un auténtico desastre. Toda esta cuadrilla de populistas de kiosko, en México, Bolivia, Venezuela o ahora en Perú, países queridos por este que escribe, llenos de gentes maravillosas, se encuentran ahora en su propia cruzada 500 años después, buscando responsables más allá del Atlántico de una gestión que hace cientos de años llevan de su propio mano. Muchas cosas no se hicieron bien sin duda desde la salida colonial de estas tierras, pero no ha habido más que revoluciones y totalitarimos en lugares que, tirando de hemeroteca, no vivían inmersos en democracias precisamente.... los aztecas no eran más que opresores de otros grupos indígenas, existía sacrificios humanos y exterminios de tribus y grupos étnicos, incluso canibalismo. La huella de España no fue baladí.... universidades, escuelas, lengua común que les une, también expolio, explotación y asesinatos, sin duda... no ha habido colonialismo sin esos patrones, que se lo dijan a Japón, Inglaterra, Francia, Holanda, Alemania...
Los británicos y franceses no lo hicieron mucho mejor en el norte del continente, incluso mucho peor diría yo, muchísimo peor, pero han construido un relato romántico a través de la literatura y el cine que nos pone siempre del lado del cazador de bisontes y del pulido jinete del caballería antes que del feo, enjuto e inculto pero noble Cheyenne, Pies Negros o Arapahoe.
Pero tengo claro que es más sencillo derribar una estatua del viejo Colón, de Hernán Cortes o de Pizarro antes que empezar a gestionar y hacer las cosas bien. La culpa de que todo vaya mal fue del cha-cha-chá.
Esta plataforma no es más que una humilde palestra. Pero a todos esos amigos latinoamericanos que pasean por sus sencillos posts y a los que tanto apreciamos, sólo me sale decirles que miren adelante, no crean en este populismo de pandereta, que miren a su alrededor en sus ciudades y cultura, en la gran herencia de mestizaje que atesoran y que tomen su vida en sus propias manos.
Fotografía: EL PAÍS
Tampoco podemos esperar mucho si aquí mismo en España muchos reniegan de nuestra historia, se promulgan leyes para manipularla desde el Estado y en las escuelas se la va arrinconando poco a poco.
ResponderEliminarLa verdad es que hacemos una mala gestión del legado sí.... en fin... adelante
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