He visitado varias veces el Alcázar de Toledo, es un lugar poderoso y lleno de contenido. Pero no lo había hecho desde que es Museo del Ejército, y ya ha llovido.
Para mi, ha perdido bastante de su autenticidad, desapareciendo toda esa zona inferior abovedada, sombría y decadente que incluía una especie de zona hospitalaría evocando el asedio de la guerra civil. Ahora todo eso ha sido eliminado, reconstruido y convertido en unexcelentísimo museo histórico con una colección, en mi opinión, inabordable. Queda idéntico, eso sí, pero sin la mas que curiosa voz en off del General Moscardó al teléfono, el despacho destrozado del mismo, donde se produjo la histórica y más que propagada llamada que acabar con "El Alcázar no se rinde".
Me imagino que habrá estudiosos que estarán toda una vida trabajando en algunas de sus zonas y en sus arhivos, que atisbo infinitos. Lo cierto es que nuestra historia bélica es ancestral y nuestro país fue, en algunos momentos avant-garde en estas cosas. Mirarlo con perspectiva y cierto asombro te dice mucho.
Han tratado con mucho acierto, en mi opinión, el tema que a todos duele que lleva desde 1936 a 1975, sabiamente creo yo, con mesura y adecuado tamaño, con inteligencia, pra poder verlo sin pasiones y con una pragmática perspectiva histórica.
Recomiendo una revisita, tranquila, pausada y reposada. Coronada con un rico vermú y unas patatas fritas en la cafetería de la terraza.
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