Bueno, acabamos la quíntuple y divertidísima sesión de rastros berlineses cogiendo un tranvía al este de la ciudad, la la bonita y fresca plaza de Boxhagener. Potente rastro, muy ecléctico y muy auténtico, con una fauna humana muy interesante y materiales diversos. Para pasar un muy buen rato y rebuscar entre los miles de artículos. Se nota que los coleccionistas ya han pasado con sus filtros, pero pese a todo, rodear esta bonita plaza con decenas y decenas de puestos es más que interesante.
Otro mundo los rastros de Berlín, otra cultura de la segunda mano y otra legislación.
ResponderEliminarSi, es otro universo, un abrazo
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