Este búnker fue encargado por Adolf Hitler a Albert Speer en 1942 como refugio. Se levantó en 8 meses con mano de obra esclava traída de campos de concentración. No cuenta con ventanas, tan solo orificios de ventilación. Los Boros, propietarios actuales, lo han transformado en un espacio dedicado al arte contemporáneo y, además, se han construido un impresionante ático en la azotea para la que tuvieron que perforar el hormigón armado y montar un ascensor, esta obra casi costó tanto como la construcción del búnker en 1942. Se construye entonces con un toque estético pensando que sería parte del nuevo Berlín, pero pierden la guerra y los soviéticos lo utilizan como prisión de guerra. Ha sido almacen de telas, de frutas y un disco techno.
La idea de conversión en galería de arte me parece acerdadísima, por los adecuados espacios interiores.
ResponderEliminarComo club techo ... buff tendría que haber sido un infierno eso. No me lo puedo imaginar.
Como siempre, las pintadas exteriores destruyen la magia de la brutal arquitectura.
Interesantísimo tu periplo por Berlin.
Mi periplo por Alemania, Berlín y Báltico, tiene buenas joyas aún en la recámara, un abrazo
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