Como es de rigor como zaragozano he ido a visitar la Bombonería Soconusco, un espacio que pertenece la cultura de todos los de aquí y que Pilar Val regenta. El negocio nació en los años 40 y fue su abuelo quien lo inició, ella ahora se jubila y retira a un merecido descanso.
La familia, muy amable, me ha permitido charlar un poco con ellos y hacer algunas sencillas fotos, mientras afanosamente, se dedicaban a empaquetar más y más trufas, lenguas de gato y otras delicias que los zaragozanos seguramente quieren degustar para recordar siempre su sabor.
Cuando un comercio así, tan apegado a las emociones, a las fiestas familiares, a los sabores deliciosos, a los regalos a amigos o a los momentos después de café, al paisaje urbano, cierra sus puertas, cierra un montón de buenas sensaciones que ya no volverán y formarán parte del recuerdo de generaciones. Muchos ciudadanos quieren volver a disfrutar esa última emoción y Pilar, que cierra la tienda tras el Pilar, no da a basto. Parece una dulce despedida, con el toque amargo que deja algo que desaparece, pero se impone lo dulce.
Según he leído "soconusco" es un dulce, una mezcla en polvo de vainilla especias que se añade al chocolate. En México es una palabra que define el chocolate deshecho. Esta denominación procede de una zona entre México y Guatemala así llamada. Curiosamente un militar retirado, en 1590, solicitó a Carlos V ser el Gobernador de dicho lugar, fue Miguel de Cervantes aquel solicitante.
La pequeña bombonería está ubicada en pleno Paseo Independencia, el salón de la ciudad. Todavía conserva los excelentes tarros para caramelos, parte de su carpintería, la estructura del escaparate, las lámparas y objetos diversos, mantiene aún mucha verdad en su mobiliario y viejos estantes.
Gracias a Pilar y su familia por haber sido tan amables conmigo en un momento tan sensible y delicado en el que lo que menos apetece es que un pesado empiece a realizar preguntas sobre cosas de las que a lo mejor poco te apetece hablar. No he querido dejar de degustar, por última vez, unas trufas y un lingote de chocolate, sabores que lo dicho, ya son de todos nosotros.
Desde este humilde espacio nuestros mejores deseos y felicitaciones a esta familia que tanto ha trabajado y que ha mantenido puertas abiertas a lo más dulce durante casi un siglo.
¿Te crees que, a pesar de haberme parado cientos de veces a ver el escaparate y varias veces a comprar bombones, nunca me había fijado en el nombre de el comercio?
ResponderEliminarDentro de nada lo único clásico de Zaragoza vas a ser tú
No te quea la menor duda Guti.... abrazos
ResponderEliminarOtra desgracia más para Zaragoza. A ver qué hacen con todo el mobiliario y estructura del local. Aunque todos lo suponemos.
ResponderEliminarPues figúrate.... no quiero deprimirte pero cierran la Ferretería de Méndez Núñez y derriban la antifua Fábrica de Zorraquino.... queda poquito, pero en breves no quedara NADA.... un abrazo
ResponderEliminarQué buen homenaje ... y qué desgracia que vaya despareciendo todo el patrimonio.
ResponderEliminarPues espera que tengo un par de tristes noticias documentadas que mostrar... esto no para.... dentro de poco diremos... "¿pero quiénes somos?", abrazos
ResponderEliminarEs muy triste como van desapareciendo poco a poco todos los comercios tradicionales y son reemplazados por franquicias o tiendas de Inditex. No olvidar que somos nosotros los culpables (por nosotros entiéndase, consumidores).
ResponderEliminarY por que no hay relevo generacional (nadie quiere llevar un comercio, es duro) y porque no hay peso cultural y porque no hay ayudas institucionales... porque estos comercios tienen clientela fiel, te lo garantizo, abrazos
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