Vaya lugar curioso éste, alejado de todo lo turístico de Bolonia. Un gran local ecléctico en el que te puedes encontrar desde maniquíes, hasta máquinas recreativas o publicidad. Amabilísima la encargada, muy simpática y accesible, tuvo a bien regalarnos un bonito imán de nevera y una cuantas risas. Esa señal de tráfico de choque de vehículos, si hubiera estado en España, me la hubiera traído a casa muy contento.
Pero pero peeeeeeeeero qué sitio!
ResponderEliminarPues prepara los ojos con un de Milán que no puedo ni valorar.... abrazos
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