Quiero mostrar este Palacio italiano, sede de la Universidad de Padua como ejemplo de lo que es conservar un patrimonio muchu más allá de una fachada. Herido de muerte mil veces, con sus rincones de toque fascista respetados y explicados de forma excelente, Palazzo Bó tiene algo muy especial.
Y es el trabajo del impresionante Gio Ponti, uno de los arquitectos diseñadores más importantes de la historia contemporánea italiana. Han restaurado más de 300 elementos arquitectónicos, mobiliarios, del diseño de Ponti realizado a finales de los 30 y principios de los 40. Un viaje en el tiempo sereno, respetuoso, utilizado y eficaz, donde los regentes de la Universidad viven y dirigen la institución. No voy a entrar a valorar el impresionante teatro anatómico, una de las joyas de la arquitectura italiana y que merece un artículo aparte, pero en este blog intento mostrar propuestas alejada de las guías al uso.
Como anécdota, por el teatro anatómico pasaron cientos de cadáveres que eran diseccionados en un espacio angosto, sombrío, sin ventilación y con un efecto lumínico apabullante. Cuando la "sequía" de cadávares se impuso y había escasez, fueron los propios profesores de la Universidad los que donaron sus cuerpos para el estudio. Hoy, en la sala donde se entregan las licenciaturas a los alumnos (la reciben en una pequeña mesa rodeados de todos los profesores) se encuentran, a modo de homenaje, los cráneos de dichos profesores formando parte activa del cláustro docente, detalles llenos de categoría y cultura, sumamente italianos.
El mobiliario, los complementos, los frescos, la iluminación, son fascinantes.
Qué maravilla, qué envidia, qué apabullante
ResponderEliminarEs un lugar excepcional conservado de manera impecable, un abrazo
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