En uno de los puestos más dinamiteros del rastro de San Bruno he conseguido este botecito de veneno, procediente de una química londinense y etiquetado en España. Si yo hubiera pedido precio no me cabe duda que de menos de 10 venenosos euros no baja, pero como lo ha pedido mi mujer ha salido a precio de rastro Expo. Reflexión: el problema soy yo. El próximo fin de semana iré disfrazado de venerable anciana.
Jajajajajajaja
ResponderEliminarHace años que venimos diciéndotelo, amigo Saz
El problema eres tú
Jajajaj
Que bueno, que bueno. Pues a disfrazarse toca, Antonio... Abrazos de Javier
ResponderEliminarPues sí, eso debe ser.....
ResponderEliminarNo estoy para disfraces.... jajajaja, abrazos
ResponderEliminarAnda, que no he usado yo el truco del niño pidiendo cromos en el puesto del rastro, para que se los regalaran, ahora que han crecido ya no cuelan.
ResponderEliminarjajaja, a mi hijo le regalan discos, libros.... a mi me apuñalan domingo tras domingo... jajaja, abrazos Ruster
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