El Parque de Atracciones de Zaragoza ha cumplido 50 años. Poco queda de aquel espacio que nos maravilló en 1974 y que supuso un hito para la ciudad. Medio siglo después de su inauguración el veterano recinto acaba concesión y entiendo que se sacará a concurso su explotación, lo que supondrá (desconozco el tema en profundidad) nuevos dueños y, consecuentemente, un profundo lavado de cara.
Creo que era momento, primero por la celebración y segundo por el incierto futuro de algunas de sus pequeñas herencias, de ir a pasar unas horas a un espacio que tanto hemos vivido para dejar reflejados algunos iconos de nuestro ocio que creo, sinceramente, tienen la horas contadas.
No ha aguantado mal el tipo el pequeño y coqueto espacio, huele decadente pero se siente resistente, mucho mejor que el 90% de parques de su época que navegan en terribles mares de dejadez y tristeza, pocas cosas hay más tristes que una atracción abandonada y oxidada.
Así que, amigos zaragozanos, pasen y vean, seguro que algún buen momento les viene a la mente. El primer ha sido encontrar a ese majo Mortadelo en la primera pieza. Rodeo, una de mis atracciones preferidas, con esos eternos indios y vaqueros, los tipis, los caballos, resiste ante el aluvión de elementos contemporáneos, el far-west aguanta, los queridos y preciosos coches clásicos estilo FORD-T han sido sustituidos por unos deleznables Jurasic-Cars, que más bien parecen el coche de Pablo Mármol, una pena porque era una de las cosas más bonitas de la instalación. Qué majos los pequeños boogies, pese a alguna customización algo casposa. Y destaco la muerte y entierro del magnífico "Laberinto y espejos", que tantos tabiques nasales ha roto, ya está desmontado, simplemente queda el rótulo, me alegro de haber podido fotografiarlo porque seguramente apenas quedará recuerdo de esta bonita atracción.
Tengo el dudoso honor de ser la única persona que conozco a la que el encargado tuvo que sacar del laberinto de espejos!
ResponderEliminarJajaajajaj, no sabñia eso Jesús.... imagino que estarás encantado de su demolición, ajja, abrazo!
ResponderEliminarQue buenos ratos de pequeño, recuerdo los ponys a la entrada, el gusano loco creo que se llamaba, había un circuito de cars quiero recordar hace tantos años , un abrazo.
ResponderEliminarMe alegro haberte traído algunos buenos momentos de vuelta J antonio, abrazos
ResponderEliminarExtraordinarios documentos los que nos brindas. Los guardaré como oro en paño.
ResponderEliminarNo sabía que cambiaba este año la concesión, así que me temo lo peor, algún lavado de cara cutre y apresurado que destrozará toda la esencia de antaño.
En este 50 aniversario, ni un triste homenaje o mención por parte del consistorio o del propio parque de atracciones.
El año pasado fui y se me cayó el alma al suelo al ver los horribles coches jurásicos que habían sustituido a los preciosos Ford T (¿dónde andarán estos?).
La montaña rusa "Moncayo" es más terrorífica que el desvencijado túnel del terror. Por cierto, que viene gente de propio desde Madrid para montar en la Moncayo porque es gemela de una que hubo en el parque de atracciones Madrid llamada "7 picos" y que los madrileños cuarentones y cincuentones recuerdan con añoranza.
En fin, que o mucho me equivoco o solo nos quedarán un puñado de atracciones antiguas en el Tibidabo y la terrorífica Montaña Suiza del monte Igueldo.
Gracias Héctor.... los Ford T acabarían en un desguace, imagina.... algunas piezas de otro tipo están apareciendo por el rastro, aunque no estoy seguro al 100% que provengan de ahí.... los Jurasic Car son una mierda que ni Pedro Picapiedra toleraría conducir, penosos, de hecho pensaba que la atracción iba de los Picapiedra, jeje, ... no sabía lo de la montaña rusa, muy interesante. Tibidabo es formidable y emocionante, estuvo hace no mucho e hice un suculento reportaje de esos autómatas y el magnífico avión....me flipa. Por eso quise hacer estas fotos, no creo que se hagan muchas m-as... a los espejos ya no llegué. Abrazos
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