Una preciosa pieza, decididamente de carácter utilitario, finales de los sesenta calculo, y que, en su momento o iba adjunta al envoltorio o al propio somier de la marca aragonesa. Me ha parecido muy bonita e interesante como pieza de branding, ya nadie hace algo así.
Contiene para mi, la mejor "mascota" que ha diseñado la marca, una juvenil chica en pijama a rayas, muy pop con sus coletas y su dinamismo que solía cerrar los spots publicitarios de los años 60 y soltaba el clásico "A mi plín yo duermo en Pikolín".
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