Sublime. En medio de la zona financiera, en el espacio más cotizado de la ciudad nuestros amigos canadienses han mantenido el soberbio aparcamiento de locomotoras, instalado un museo del ferrocarril y colocado algunas piezas a mano del viandante. Materiales que, por descontado, nunca son vandalizados ni estropeados. El contraste entre el centenario hierro y el moderno cristal y acero del skyline es, simplemente, inolvidable.
Tremendo museo, gracias por compartir imágenes.
ResponderEliminares impresionante, abrazos
ResponderEliminarEspectacular y envidiable.
ResponderEliminarEs un lugar de esos únicos, abrazos
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