Agradable y fresquita mañana zaragozana, tirando de sudadera, y eso en julio es un milagro y una alegría. No andaba el rastro hoy al 100%, más bien al 65%. Muchos huecos, poca novedad y alguna delicia, como ese caro kart dirigido, a precio de Internet, que un caballero se ha llevado delante mío, como debe ser. He estado a punto de comprarme ese souvernir de Berlín de los años sesenta, es tan feo que da la vuelta y resulta interesante. Precioso el album del oeste, en portugués eso sí, barato y digno de venirse a casa, pero no ha pasado el corte de calidad.
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