Estas bonitas bolas saltarinas son de finales de lo sesenta, principios de los setenta. Son excelentes para hacer el loco. Botan tanto que con fuerza puedes hacerlas rebotar contra el techo y suelo, eran la delicia del gamberrismo. Estas seis han salido en lote de kiosko en el rastro. Tras lavado y pertinente prueba atesoran toda su potencia de bote.
Me ha recordado, hace ya muchos años, tirar alguna de estas desde la ventana a la calle, para ver hasta donde subían rebotando. Inocentes "gamberradas" de críos muy muy felices. Abrazo fuerte de Javier.
ResponderEliminarYo las usaba en el colegio, me fascinaba golpear el techo de las viejas aulas, jajaja, abrazos Javier
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